Robert Charroux es un seudónimo, su verdadero nombre fue Robert Grugeau Vergeau y nació un 7 de abril de 1909 en Payroux, Viena. En la década de los 60-70 se presenta como campeón de atletismo, buceador, buscador de tesoros, viajero incansable, periodista, arqueólogo, productor de la R.T.F. (el «Club de lo inusual») y escritor, desarrolló multitud de tesis seudocientíficas y seudohistóricas, es conocido mayoritariamente por ser pionero en las teorías de los alienigenas ancestrales.
Robert Charroux es una de las piezas claves en el enigma de Rennes-le-Château, fue el segundo escritor[ref] El primero fue Jean Girou que en 1936 dedicó apenas unas líneas a decir que en Rennes-le-Château se decía que un cura había encontrado un tesoro.[/ref] que escribió sobre él en un libro en 1962, titulado «Trésors du monde enterrés, emmurés, engloutis», donde al final, en 11 páginitas trataba sobre el asunto del cura y su tesoro. Habló de Marie Denarnaud y de Nöel Corbu quien seguramente le proporcionó la información sobre los pergaminos, los obispos, el tesoro de Alaríco, el de Blanca de Castilla, del de los cátaros, el de Ignace Paris, etc… aunque no habla de Marie de Negri d’Ables, ni de Bigou.
Es el punto de partida para los escritores de libros, en prensa ya se habían publicado algunos artículos sobre el tema, incluso el mismo Robert Charroux, empleando seudónimos como «Yves Saint-Saviol» y firmaba artículos en las revistas Tout savoir y Noir et blanc hablando del tema. Robert Charroux da a conocer el misterio de RLC de forma nacional, la aparición de esos artículos lo convierten en una de los primeras personas en publicar en prensa y revistas, anterior a él, tenemos a Rouger Crouquet con su artículo en «Le Soir Ilustré» de 1948 y a Jean et Micheline Ribiere con un par de artículos en Noir et blanc en 1956 y en Tout Savoir en 1958.
Si bien estuvo décadas explorando «el lado oscuro de la historia» quedó impactado en 1973 por las famosas Piedras de Ica en Perú del profesor Javier Cabrera Darquea última batalla de Charroux, pues en 1978 moriría de agotamiento con 69 años de edad tras el regreso de una expedición a Perú.
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