María Teresa de Austria (1817-1886), Condesa de Chambord, desempeñó un papel intrigante en la historia de Rennes-le-Château. Casada con Enrique de Artois, hijo póstumo del asesinado príncipe Carlos Fernando de Artois, la condesa estuvo vinculada a las intenciones monárquicas en Francia. En 1886, la condesa, perteneciente a la casa Habsburgo, realizó una misteriosa donación a Bérenger Saunière, el párroco de Rennes-le-Château.
Después de su exilio en Narbonne por dar consignas antirrepublicanas y antimasonas desde el púlpito, Saunière regresó a Rennes-le-Château y emprendió reparaciones urgentes en la iglesia y la casa parroquial. Para estas obras, Saunière recibió 600 francos de las autoridades locales y una donación de 3,000 francos de la Condesa de Chambord. Además, recibió un legado de 400 francos de su predecesor, el abad Pons. Uno de sus primeros proyectos fue reemplazar el deteriorado altar de la iglesia, financiado con 700 francos por una donación de una mujer local, Marie Cavailhé, en cumplimiento de una promesa hecha en Rennes-le-Château.
La implicación financiera de la condesa de Chambord con Saunière ha alimentado numerosas especulaciones y teorías sobre la fuente de la riqueza repentina de Saunière y su posible conexión con las élites monárquicas y políticas de la época. Algunos investigadores han sugerido que estas donaciones eran parte de esfuerzos más grandes para influir o apoyar ciertas causas o agendas políticas, aunque esta hipótesis sigue siendo objeto de debate.