«Le Soir Illustré» publicada el 4 de marzo de 1948, está considerada la primera revista que habla sobre Rennes-le-Château desde la muerte de Saunière en 1917. El artículo nos explica que encontrándose los periodistas visitando el pueblo de Quillan, el señor Jean Mahuin les invita a ir aun pueblo «literalmente muerto» y del cual explica que no ha puesto los pies y no lo conoce, a los periodistas les parece bien y se dirigen expectantes a ver esa villa muerta…
El artículo destaca tres cosas a conocer de RLC, la primera es su castillo que en 1948 está habitado por el Sr. Fatin, quien fue director del Colegio musulmán de Tripoli, Presidente de la Liga de los Derechos del Hombre en Beirut y colaborador en la Segunda Guerra mundial del general Charles de Gaulle.
La segunda es la iglesia románica que data en época carolingia, indica que para llegar a ella hay que atravesar un pequeño jardín con una gran Cruz instalada en 1897 conmemorando la visita del Obispo Billard, quien según el texto, es la única visita del Obispo – ahora sabemos que no, que también realizó una visita el 1 de julio de 1889 -, y la tercera, el cura, el texto continua diciendo que ni cuando excomulgaron al antiguo cura el obispo se acercó al pueblo, comenta que unas mujeres le explican la historia del cura:
«Es más, el obispo no se acercó a Rennes-le-Château, ni para excomulgar al cura del que los ancianos del pueblo nos han contado la historia.
Se trataba de un cura muy curioso que prefería el vino y las jovencitas que el ejercicio de su sacerdocio. A finales del siglo pasado tuvo una idea muy original. Hizo insertar en periódicos extranjeros, particularmente en Estado Unidos, un anuncio que decía que el pobre cura de Rennes-le-Château vivía entre herejes y que nos disponía del más mínimo recurso. Apiadó a los cristianos del mundo entero diciendo que la vieja iglesia, un tesoro arquitectónico, estaba consagrada a una destrucción segura, si los trabajos urgentes de restauración no se empezaban, lo más rápidamente posible.
El cura recibió grandes cantidades de dinero y un buen día, vimos llegar al pueblo un equipo de albañiles y obreros. Estos, en lugar de consolidar la venerable iglesia, empezaron la construcción de una villa de estilo rococó, flanqueada por un inmenso torreón desde donde uno puede descubrir un de los paisajes más hermosos de toda la región. Y el valiente cura continuó con las fiestas orgiásticas y las hacía dentro de su nueva residencia. Tenía el sueño de grabar en la entrada esta inscripción que es toda una proclama de intenciones: «La casa del cura es la casa de todos».
Desde entonces, el cura fue suprimido y dos veces por mes, un cura de Couiza sube la colina para decir la misa en Rennes-le-Château.
La pila de agua bautismal que adorna la entrada de la capilla es llevada por un diablo cornudo de pies peludos. Una anciana mujer nos dijo lo siguiente: «Es el viejo cura que se transformó en diablo.»»
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Fuente: Desconocida
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