05-04-1893. Le Journal de l’Ain
Algo curioso, interesante y a la vez extremo y que nos hace ver el clima hostil en el que vivía Saunière y su tan estimado obispo Monseñor Billard y hasta que extremo llegaban los más aférrimos republicanos de la época que mantenían una lucha abierta contra la Iglesia Católica, una bomba colocada en la casa parroquial de Mailhac provoca la reacción del obispo que cierra inmediatamente la iglesia y critica duramente a los feligreses que no han hecho nada por evitar los ataques reiterados contra la Iglesia Católica y las burlas contra su párroco.
05-04-1893 CIERRE DE UNA IGLESIA
Monseñor Billard, obispo de Carcasona, acaba hacer una orden que reproducimos en su totalidad, para que aquellos católicos que pecan de inercia tengan una lección que sacar de ella:
Nuestro obispo de Carcasona,
Al sacerdote y a los feligreses de Maillac.
Teniendo en cuenta que el obispo es el protector de sus sacerdotes y, en particular debe salvaguardar a los mejores miembros de su familia sacerdotal; y que el señor Cros, sacerdote de Maillac siempre ha tenido conducta irreprochable y que los insultos realizados a este digno sacerdote llegan directamente al jefe de la diócesis.
Considerando que después de más de dos meses las canciones vejatorias para él y para los respetables católicos de su parroquia no sólo son tatareadas, sino gritadas por las calles del pueblo; el martes de carnaval, las ceremonias de culto fueron parodiadas públicamente y el vestido eclesiástico criminalmente usurpado; y que en la noche del 18 al 19 de marzo una bomba dejada en la puerta de la casa parroquial estalló en la mitad de la noche rompiendo las ventanas de la casa sin que, por suerte, el sr. cura y su familia hayan sido heridos.
En reserva realizada de los derechos de justicia y las reclamaciones que puedan ser ejercidas; contando con la administración, cuya investigación todavía no ha dado ningún resultado y visto el caracter de nuestro Obispo, que nos muestra un deber indeclinable de no ceder a ninguna presión o amenaza, al mismo tiempo que de proteger el honor y la vida de nuestros sacerdotes, nos ha ordenado y ordenamos lo siguiente:
Artículo Primero. – Se mantiene, a pesar de todos los ataques y a pesar de la persecución, al actual titular como pastor de Maillac, el Padre Cros,
Art. 2. – El Sr. Cros queda autorizado para dejar temporalmente su puesto en interés de la preservación de su vida.
Art. 3. – Las especies sagradas serán consumidas por él antes de su partida, la iglesia cerrada y la llave entregada al Presidente del Consejo Municipal.
Art. 4. – Ninguna misa podrá ser celebrada en la citada iglesia de Maillac mientras dure la ausencia de su titular.
Art. 5. – Nosotros permitimos las quejas, pero les instamos a sondear su conciencia: quizás oigan una voz que les reproche su apatía, la indolencia, la desidia y la falta de escrupulos con las que han permitido la burla y los insultos de nuestra santa religión, si no a las persecuciones dirijidas contra su cura.
Ya en su tiempo, San Jerónimo les decía a los fieles, al hablar de la invasión de los bárbaros: Peccatis nostris barbari fortes sunt. Los enemigos de Dios y de la Iglesia en Maillacno nada debían, hasta la fecha, de su fuerza y su triunfo a la actitude demasiado pasiva de sus verdaderos fieles.
Hecho en Carcassonne, en nuestro palacio episcopal, fehacientemente, nuestro sello y el contrasello del secretario de nuestra diócesis, el 23 de marzo de 1893.
Félix-Arsène Billard,
Obispo de Carcasona.
Por mandato del Obispo:
U. GUILHES, Canónico Honorífico y secretario del Obispo
Le Journal de l’Ain, 5 de abril de 1893
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FERMETURE D’UNE ÉGLISE
Mgr Billard, évêque de Carcassonne, vient de rendre une ordonnance que nous reproduisons en entier, parce que ceux d’entre les catholiques qui pèchent par inertie ont une leçon à y puiser :
Nous, évêque de Carcassonne,
Au curé et aux paroissiens de Maillac.
Considérant que l’évêque est le protecteur-né de ses prêtres, et qu’il doit en particulier sauvegarde aux meilleurs membres de sa famille sacerdotale ; que M. l’abbé Cros, curé de Maillac, a toujours eu une conduite irréprochable et que les insultes faites à ce digne prêtre remontent jusqu’au chef du diocèse.
Considérant que depuis plus de deux mois, des chansons injurieuses pour lui et pour des catholiques respectables de sa paroisse sont non-seulement fredonnées, mais hurlées dans les rues de la commune; que le mardi-gras, les cérémonies du culte ont été publiquement parodiées et le costume ecclésiastique délictueusement usurpé ; que dans la nuit du 18 au 13 mars, une bombe fulminante a été déposée à la porte du presbytère, qu’elle a éclaté au milieu de la nuit, que les vitres de la maison ont été brisées sans que, heureusement, M. le curé et sa famille aient été atteints;
Réserve faite des droits de la justice et des revendications qui pourraient être exercées; Comptant sur l’administration, dont les enquêtes n’ont encore amené aucun résultat ; Vu notre caractère d’évêque, qui nous fait un indéclinable devoir de ne céder à aucune pression ni menace, en même temps que de protéger l’honneur et la vie de nos prêtres, Avons ordonné et ordonnons ce qui suit :
Article premier. — Est maintenu, malgré toute attaque et en dépit de toute persécution, comme curé de Maillac, M. l’abbé Cros, titulaire actuel.
Art. 2. — Est autorisé par nous ledit M. Cros it quitter provisoirement son poste, dans l’intérêt de la conservation de sa vie.
Art. 3. — Les saintes Espèces seront consommées par lui avant son départ, l’église fermée et la clef remise à M. le président du Conseil de fabrique.
Art. b. — Aucune messe ne pourra être célébrée dans ladite église de Maillac tant que durera l’absence du desservant titulaire.
Art. 5. — Nous permettons aux bons de gémir, mais nous les engageons à sonder leur conscience : peut-être entendront-ils une voix qui leur reprochera l’apathie, la mollesse, l’inertie avec lesquelles ils ont assisté aux travestissements de.notre sainte religion et aux insultes, ainsi qu’aux persécutions dirigées contre leur curé.
Déjà, de son temps, saint Jérôme disait aux fi-dèles, en parlant de l’invasion des barbares : Peccatis nostri barbari fortes sunt. Les ennemis de Dieu et de l’Eglise dans Maillac n’ont-ils pas dû, jusqu’à ce jour, leur force et leur triomphe à l’attitude trop passive des vrais fidèles.
Fait à Carcassonne, dans notre palais épiscopal, sous notre seing, notre sceau et le contre-seing du secrétaire de notre évêché, le 23 mars 1893. t Félix-Arsène BILLARD, Evéggle de Carcassonne. Par mandement de Mgr l’évêque : 1. GUILHES, chan. bon., • Secretairie de l’évêché.
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